La fascitis plantar es una de las causas más comunes de dolor en el talón. Es causada por la inflamación de tejido que cubre el talón y va a través de la parte inferior del pie. La fascitis plantar causa dolor con los primeros pasos después de despertar y durante largos períodos de pie o estar activo. La cirugía para la fascitis plantar suele ser un último recurso.
Las pruebas para la fascitis plantar
Los médicos pueden optar por cualquiera de las radiografías o imágenes por resonancia magnética (IRM) para comprobar si hay fascitis plantar. Estas pruebas también muestran si las condiciones tales como las fracturas por estrés o nervios comprimidos son los culpables de la dolor en el pie.
Los tratamientos conservadores
Según la Clínica Mayo, "aproximadamente el 90 por ciento de las personas que tienen fascitis plantar recuperarse con tratamientos conservadores en tan sólo unos meses." Los tratamientos conservadores incluyen fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el ibuprofeno.
Terapia
La terapia es a menudo el segundo paso en el tratamiento de la fascitis plantar. La fisioterapia, férulas y arcos de apoyo colocados en los zapatos son tipos de terapia. Las férulas incluyen abrazaderas usadas durante el sueño.
La terapia con ondas de choque
La Clínica Mayo cita la terapia con ondas de choque como una cura para la fascitis plantar cuando los tratamientos más conservadores no han producido resultados positivos. Esta terapia estimula la cicatrización de la zona afectada, pero puede causar moretones y la hinchazón.
Cirugía
La cirugía es el último recurso en el tratamiento de la fascitis plantar. Durante la cirugía, la fascia plantar se separa del hueso del talón. Como resultado de la cirugía, los arcos del pie se debilite.