Injerto de hueso es el proceso de trasplante de tejido óseo de una región del cuerpo del paciente, o de otra persona llamada donante, para reparar huesos enfermos en el paciente. Un injerto de hueso - tejido óseo que se trasplanta de una región a otra - se llama un autoinjerto si es de cuerpo del paciente y un aloinjerto si está siendo tomado de un donante. Cuando el cuerpo de la paciente acepta el injerto de hueso, un marco se establece para el crecimiento de nuevo hueso vivo.
Las complicaciones respuesta inmune
Uno de los principales problemas que pueden ocurrir después de un injerto de hueso es una complicación respuesta inmune. complicaciones de la respuesta inmune se producen cuando el injerto de hueso es de un donante. Según MedlinePlus, un servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, el sistema inmunológico de un paciente puede rechazar el tejido óseo recién injertado por ser incompatibles con los tejidos del propio paciente. Esta ocurrencia de que el cuerpo rechace el tejido óseo es similar a la de un paciente que recibe el tipo incorrecto de transfusión de sangre. Los cirujanos administran medicamentos contra el rechazo cuando observan signos de complicaciones de la respuesta inmune.
Las complicaciones quirúrgicas
La Universidad de Maryland Medical Centre señala que las complicaciones quirúrgicas están entre las complicaciones más comunes de injerto óseo. Al igual que con cualquier cirugía, las complicaciones pueden ocurrir durante y después del procedimiento. Dependiendo de la zona de la cirugía, las complicaciones pueden variar de paciente a paciente. Las complicaciones quirúrgicas más comunes son la infección en el sitio de injerto. Dolor, así como algún tipo de deterioro. se puede desarrollar en la región Por ejemplo, una cirugía cerca de la médula espinal puede conducir a problemas para caminar.
Las complicaciones de hardware
Según un estudio de 2007 publicado en la revista Archives of Head and Neck Surgery, problemas de hardware pueden dar lugar a complicaciones después del injerto óseo. Placas y tornillos pueden ser insertados para mantener los injertos en su lugar hasta que el hueso comienza a crecer normalmente. Cuando estos tornillos están flojos o las placas se mueven fuera de lugar, pueden surgir complicaciones.