Los sofocos son comunes entre las mujeres posmenopáusicas. Aunque un sofoco no es un síntoma que amenaza la vida, puede ser muy molesto, especialmente cuando se pasa más de diez veces al día. La comprensión de los sofocos es el primer paso hacia una mejor salud después de la menopausia.
Los síntomas de los sofocos
Un sofoco no es lo mismo que sentirse con mucho calor. Sino más bien, se trata de un episodio repentino de calor intenso, comenzando en el pecho y que fluye todo el camino hasta la cabeza. Tiene una duración de sólo unos pocos minutos y por lo general se acompaña de sudoración profusa.
¿Qué causa Sofocos?
Una caída dramática en estrógeno después de la menopausia puede causar el hipotálamo o "termostato del cerebro" para convertirse en hipersensibles. En consecuencia, el cuerpo tiende a reaccionar de forma exagerada a los cambios de temperatura leves que la mayoría de la gente no se dará cuenta.
Otros factores desencadenantes de los sofocos
Además de los cambios de temperatura y de desequilibrio hormonal, ciertas cosas también pueden desencadenar sofocos. Estos culpables incluyen el alcohol, la cafeína, cigarrillos, ropa ajustada y los alimentos picantes.
Los tratamientos recetados
La mayoría de los especialistas de la salud de las mujeres usan la terapia hormonal para tratar los sofocos, aunque la terapia hormonal no es adecuado para todos. Otros medicamentos prescritos para los sofocos incluyen Megace, Catapres y Neurontin.
Remedios de hierbas
El cohosh negro, isoflavonas de soja, aceite de onagra y la linaza puede ayudar a aliviar los síntomas generales de los bochornos, aunque no son medicamentos aprobados por la FDA para los sofocos. Por lo tanto, usted debe consultar con su médico antes de tomarlos.