bronquitis bacteriana es una forma de bronquitis que se produce en conjunción con la bronquitis viral, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. Es causada por una infección bacteriana en las vías respiratorias que se produce después de una infección respiratoria viral. Hay dos clasificaciones para la bronquitis: aguda y crónica, que se clasifican de acuerdo con la duración y la frecuencia de los episodios de bronquitis. Mientras que la mayoría de los síntomas de la bronquitis son universales, hay algunos síntomas que indican la bronquitis crónica, o a largo plazo y recurrente, a diferencia de la bronquitis aguda, es decir, un inicio grave de la enfermedad. Estos síntomas suelen ser los mismos para la bronquitis viral y la bronquitis bacteriana.
Paso 1
Observe el color de la mucosidad que se expectora. De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, tos con moco amarillo-verde es un signo de la bronquitis bacteriana. Sin embargo, la Clínica Mayo afirma que el moco no siempre se tose durante un ataque de bronquitis. Además, se señala que un niño con bronquitis puede tragar el moco expulsado de forma que no puede ser observado.
Paso 2
Prestar atención a nivel de fatiga. Es posible que se sienta más cansado de lo normal cuando se tiene bronquitis. Además, puede experimentar dificultad para respirar, incluso mientras se está haciendo actividades leves.
Paso 3
Concéntrese en su pecho. La Universidad de Maryland Medical Center informa que las sibilancias y una sensación de ardor en el pecho son síntomas de la bronquitis.
Etapa 4
Tome su temperatura. Según la Clínica Mayo, es posible que tenga un poco de fiebre y escalofríos cuando se tiene bronquitis.
paso 5
Mantenga un ojo en los síntomas que diferencian aguda, o corto plazo, la bronquitis crónica desde, o recurrente, bronquitis. La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos dice que los enfermos crónicos pueden experimentar los labios de color azulado causadas por la disminución de los niveles de oxígeno; hinchazón de los tobillos, pies y piernas; y las infecciones respiratorias frecuentes en forma de resfriados o gripe.