Efectos físicos
La enfermedad de Parkinson es un trastorno cerebral que afecta a las habilidades motoras de una persona. De acuerdo con la Universidad de Maryland Medical Center, los primeros síntomas incluyen un temblor perceptible, combinada con la rigidez muscular y una postura encorvada. La persona afectada también puede tener dolores o entumecimiento en sus extremidades. A medida que avanza la enfermedad, los efectos físicos se vuelven más pronunciados. Por ejemplo, una persona va a tener problemas para parpadear o hacer expresiones faciales, tales como sonrisas. También pueden tener problemas para hablar y tragar. Su movilidad se ve afectada debido a problemas de equilibrio, y pueden caerse con frecuencia.
Efectos mentales
La enfermedad de Parkinson puede tener efectos mentales, como el menoscabo de las capacidades cognitivas de una persona y perjudicar su capacidad de concentración. A medida que la enfermedad progresa y sus cognitivas descensos de funcionamiento, la Universidad de Maryland Medical Center advierte que podrían comportarse de forma errática. De acuerdo con WebMD, hay otros efectos mentales que son comúnmente asociados con la enfermedad de Parkinson, tales como baja autoestima, depresión y posibles pensamientos de suicidio. Los efectos mentales pueden impedir que una persona que duerme, lo que resulta en fatiga, o llevarlos a dormir en exceso.
Progresión
La enfermedad de Parkinson es una enfermedad progresiva, lo que significa que los efectos se hacen cada vez peor a medida que pasa el tiempo. De acuerdo con la Universidad de Maryland Medical Center, en los primeros años los síntomas pueden ser apenas perceptible. Incluso si lo son, los medicamentos pueden ser muy efectivos para mantener bajo control y evitar que interfieran con el día de una persona para las actividades del día. Por desgracia, los efectos empeorarán cada año, y en cinco a diez años, por lo general llegar a un punto en que se interrumpe la vida diaria --- incluso con medicación.