El humo del tabaco contiene más de 4.000 productos químicos, incluyendo la nicotina, el monóxido de carbono, formaldehído e incluso arsénico. Estas sustancias tienen un efecto devastador en los pulmones y las vías respiratorias, dificultando su capacidad para funcionar y, a menudo causando daños irreversibles. Incluso un solo cigarrillo puede dejar una cantidad sustancial de alquitrán en los pulmones.
El daño a los cilios
Los cilios son las proyecciones similares a pelos que ayudan a limpiar las vías respiratorias en el sistema respiratorio. Cuando se dañan por el humo del tabaco, no pueden limpiar adecuadamente las vías respiratorias, lo que permite que las toxinas se acumulan en los pulmones. Estas toxinas conducen a la infección, la inflamación y la enfermedad.
Enfisema
El tabaquismo es la principal causa de enfisema. El humo en sí daños sacos de aire de los pulmones, lo que dificulta que los pulmones se expanden y se contraen.
Bronquitis
El tabaquismo es la causa más común de la bronquitis crónica. Es una inflamación de los bronquios, que son vías aéreas en el sistema respiratorio. Los síntomas incluyen dificultad para respirar y tos que produce moco.
Neumonía
Fumar aumenta el riesgo de contraer neumonía, que es una inflamación de los pulmones causada por una infección inicial. Los síntomas a menudo incluyen dolor de pecho, tos con muchas flemas, dificultad para respirar y fiebre.
Cáncer de pulmón
El tabaquismo es la principal causa de cáncer de pulmón. Las toxinas en el humo del tabaco crean células cancerosas en los pulmones, llevando eventualmente a los tumores malignos.